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Aclowntratemps: El diario de trabajo de la compañía.
Literatura Propia: Escritos poéticos de mi puño y tecla.
Reflexiones sobre el Teatro: Pues eso.

lunes, 22 de febrero de 2010

Viaje

Te llamé una noche. Era bastante tarde y pensé que podrías estar ya durmiendo. Colgué antes de que diera señal. No quería despertarte... aunque en el fondo necesitaba que te despertaras y me llamaras. Que algo dentro de tus sueños te alertase y sintieses la necesidad de llamarme para saber si estaba bien, si necesitaba algo. Eso hubiera bastado...

Pero tus sueños no percibieron mi grito silencioso y te dejaron seguir durmiendo hasta bien entrada la mañana. Para entonces ya era demasiado tarde. Ya no necesitaba nada ni a nadie... Había comenzado mi viaje en solitario... un pie delante de otro... era la única consigna, el único destino, el único rumbo.

No cogí ni teléfono, ni llaves; ni equipaje, ni cartera. Me fui con lo puesto y sin intención de parar, de volver ni siquiera la vista atrás un sólo instante... excepto quizás si oía tu voz... porque sabía que no la iba a oír.

Caminé durante días, durante semanas, durante horas... no lo sé... tampoco podía llegar muy lejos en ese estado. Sólo sé que caminé hasta que las piernas se doblaron suplicando descanso y alimento. Me quedé allí tendido hasta que llegó la ambulancia, y cuando me recogieron me fui... me fui volando hacia tí para que supieras que no tengo nada más que decirte. Ya no hay penas que contarte ni consuelos que valgan...

Como cantaban los Enemigos, hay amistades con fraude y remedios que siempre llegan tarde... Ahora ya tengo otra vez libertad de movimiento, aunque las distancias están más limitadas por los muros del patio.

Aquí me dejan cuidar las plantas. Incluso les hace ilusión verme trabajar con ellas... Dicen que si sigo así con ellas, pronto estaré curado... Lo que no entiendo es a que se refieren, porque yo no me siento enfermo.

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