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Aclowntratemps: El diario de trabajo de la compañía.
Literatura Propia: Escritos poéticos de mi puño y tecla.
Reflexiones sobre el Teatro: Pues eso.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Hoy he visto actuar a Juan. Como siempre, lo ha hecho de puta madre. Sobre el escenario brillaba como si la luz fuese de él a los focos. Tiene ese don.

Después de la función hemos hablado de lo de siempre; es difícil vender los espectáculos, hay que estar en perpetua alerta… ahora ya no tiene tiempo para seguir a la espectativa de ver lo que pasa. Necesita dejarse el teatro y ponerse a trabajar. Está en un colegio, como Elena desde hace un año, como hizo Carmen en su día, igual que Olga, Jesús, Miguel… todos aquellos a los que vi empezar y por quienes quise empezar a hacer lo que hago… yo empiezo y ellos terminan… y se lo dejan para trabajar porque esto no les da de comer… se lo dejan mientras yo estoy con medio pie en la línea de salida, con las rodillas flexionadas y los músculos tensos, a punto de impulsarme, de lanzarme contra el muro que formaron las piedras que me habéis lanzado todo este tiempo… y alarmados como hipócritas gritáis: “¿No ves que ellos no han podido? No te abras la cabeza. No corras por esa calle”. Y mi cabeza escucha, y se plantea mandar la orden de parar…

Pero mis rodilla siguen flexionadas y los músculos tensos, preparados para saltar en cuanto se escuche el disparo de salida; mis ojos miran fijamente el muro, y siento miedo, y la cabeza hace eco de vuestras voces hasta convertirlas en un clamor, y titubeo… suena el disparo allá lejos, en algún rincón de mis pensamientos, y en mí se hace el silencio. Dudo. Intento no salir. Intento no saber salir. Pero mis rodillas saben, y mis músculos, y mi cabeza, y mis ojos saben que si no corro esta carrera, si no llego a la base del muro, si no salto lo más arriba que pueda para sortearlo… saben que preferirán estar muertos a vivir recordando que no se atrevieron a intentarlo.