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Aclowntratemps: El diario de trabajo de la compañía.
Literatura Propia: Escritos poéticos de mi puño y tecla.
Reflexiones sobre el Teatro: Pues eso.

lunes, 22 de febrero de 2010

Amigos

Imagínate que un buen día me acerco a ti por la espalda, te tomo de la cintura y te susurro al oído que te quiero. Sonreirás, te darás la vuelta y me dirás algo así como: “y yo a ti, tonto”. Entonces me abrazarás, me besarás en la mejilla y te apretarás contra mí. Después me dirás que tienes que irte, que has quedado en el centro con él y que me llamarás luego para decirme por donde vais a salir y así quedamos y le conozco.

Te miro sonriendo mientras subes al taxi y quedamos en que me llamarás después de cenar.

Pero yo no quiero conocerle. Sé que no voy a conocerle. Sé que después de cenar no me llamarás y que la próxima vez que nos veamos te disculparás porque no lo hiciste: “es que al final nos quedamos en el sofá después de cenar y no nos apetecía salir”, y yo sonreiré con picardía y diré algo así como: “claro, claro... en el sofá”. Te reirás y me pegarás una palmada en el brazo mientras me llamas tonto. Nos reiremos y seguiremos siendo amigos camino de la cervecería de siempre. Y mientras me río pensaré en cuanta razón tienes llamándome tonto.

Sentados en la terraza del bar hablaremos de todo un poco. Luego me preguntarás por mi chica y te diré ya lo hemos dejado.

“Mejor, no era tu tipo”

“¿Y cuál es mi tipo?”

“Una como yo (risas). No, que va... No sé. Una que te quiera...”

Una que me quiera... más bien lo que necesito es que me quiera una, pero me quieren todas menos esa... Y mientras pienso esto último, tú ya habrás empezado a hablarme de él, de lo bien que lo pasasteis el otro día, y que fue una pena que no estuviera allí, que se lo dijiste y que él te dijo que sí, que le gustaría conocerme. “Podríamos quedar a cenar una noche y así os conocéis. Os llevaréis genial. Además os parecéis un montón”, y diré que sí, pero no propondré ninguna fecha... me remitiré a una futura llamada que nunca haré y cambiaré de tema, de forma que no te des cuenta que en realidad no quiero conocerle. Cuando nos despidamos me recordarás que te llame para la cena esa.

“Que sí, tranquila que te llamo”, y empezaré a pensar en la excusa perfecta para no haberte llamado. “Que pena, bueno pues otra vez será”... y seguiremos siendo amigos.

1 comentario:

  1. ohhhh... qui no ha sentit aquesta sensació alguna vegada. Més ben dit, aquestes sensacions; perquè son moltes, però conclou en una. Molt ben transmès ;) M'he fet seguidora teua, així que ara no et pots lliurar de mi. He de dir-te... o he agafat un dels millors textos que tens o m'encanta com escrius. Vaig llegint poc a poc. GRÀCIES PER COMPARTIR!

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