A veces el mundo se para de golpe, pero no puedes pasarte de largo. Tratas de seguir, pero estás estancado junto al mundo. Miras a tu alrededor y te quedas contemplando una flor junto al camino, cuando, de repente, el mundo se vuelve a poner en marcha sin avisar. Antes de que te des cuenta, sin tiempo apenas para ponerte en pie, el mundo arranca, y para cuando tratas de recuperar el ritmo, ya te lleva una vuelta de ventaja. Entonces te paras tú, pero el mundo sigue, y no te espera.
Y en vez de una vuelta, pasa a llevarte dos.
Decides correr para alcanzarlo y al precipitarte pisas la flor...
Y la flor, que nunca pidió salir en esta historia, se convierte en protagonista, en trágica heroína, en daño colateral, en flor aplastada junto al camino que a nadie importa... excepto quizás, a esa parte de mi que no corre, y la contempla, aunque sea sólo para contar su historia... el final de su historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario