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martes, 2 de marzo de 2010

Nuestro amigo Spencer Tracy

Comentando una entrada del blog de Samu (la del 26 de Febrero de 2010), me ha venido a la cabeza como desarrollar una cita que me encanta, pero que pienso que dicha sin más induce a interpretaciones demasiado simplistas de la misma. La cita en cuestión nos la citó (valga la rebuznancia) Alejandro Jornet en clase y él se la atribuía a Spencer Tracy, quien a una pregunta sobre que virtudes debe tener un actor, respondió lo siguiente: "Para ser actor basta con llegar a la hora, saberse el texto y no tropezar con los muebles".
Como los más avispados de ustedes habrán deducido, ésta es la cita que quiero desarrollar.

Desde luego llegar a la hora es indispensable, no sólo como metodología de trabajo, sino como muestra de respeto a uno mismo, a los compañeros de trabajo y al arte escénico en su globalidad. Nuestro trabajo es muy serio. Llegar a la hora suele ser síntoma de un rigor en el trabajo. Ésta es bastante fácil de entender, y muy importante, sobretodo cuando implica la repetición de la palabra trabajo cinco veces en cinco líneas.

En lo saberse el texto es donde pueden generarse las confusiones. No debemos pensar que el texto se limita a las marcas de tinta que impregnan el papel que debe memorizar el actor. No. El texto hay que entenderlo como lo describe Eugenio Barba en "El Arte Secreto del Actor": etimológicamente, como "tejido". Lo que el actor debe saberse es su parte del tejido dramatúrgico (Texto con mayúsculas), que incluye la palabra escrita, por supuesto, pero también el como debe decirse, su prosodia, así como la partitura de movimientos o acciones que esta conlleva... pero no solamente su parte, sino también la de todos sus acompañantes en la escena, pues deben estar todos atentos a cualquier eventualidad y coordinarse para solucionarla. También forman parte del Texto las marcas que da el director y éstas deben estar en el ensayo siguiente, pues el trabajo de ese día partirá de ellas.
Si el actor, además de saberse el Texto, es capaz de crear Texto nuevo a partir de las palabras que le marca el autor o de las pautas del director, entonces estaremos hablando de grandes actores (especie escasa hoy en día), pero no despreciemos a quienes se "limitan" en venir a los ensayos con el Texto aprendido pues, en la profesión actual, pocos son capaces de semejante proeza.

La última virtud, la de no tropezar con los muebles, pienso que no se refiere en absoluto a esa parte del Texto relacionada con las acciones y la partitura de movimiento. Creo que habla más de un saber estar en escena y de tener lo que llamamos presencia. No se limita a no ser torpe, es algo más. Se trata de entender el espacio que estás habitando cuando subes a un escenario, y que en él rigen unas normas diferentes a las del estar cotidiano. De echo, en un escenario no se está, se es. Tal cosa al menos entiende el espectador: el actor es lo que se ve en escena, independientemente de lo que éste quiera mostrar.

No hay duda de que alguien como Spencer Tracy sabía lo que decía cuando dio aquella simple respuesta, pero hay que querer ser como Spencer Tracy para esforzarse en entenderla de verdad.

2 comentarios:

  1. Me acabo de acordar del leñazo que me dí con el biombo en tu comanda final con Mar y Andrés. Se me acaba de caer el alma a los pies.

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